Introducción

Este artículo aborda el caso de dos cursos bilingües (español e inglés) de humanidades digitales, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera” (Fernández Quintanilla 2021) y “Latinx-Latin American Digital Humanities Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), ofrecidos en línea por causa de la pandemia, para estudiantes en departamentos de humanidades de la Universidad de Kansas. Los cursos fueron impartidos por dos profesoras, en puestos de postdoctorado, previamente graduadas de un departamento de Estudios Hispánicos, adquiriendo experiencia pedagógica al impartir estos cursos a un estudiantado interdisciplinario en temas de Lenguas Modernas. Los cursos de humanidades digitales centrados en temas de estudios latinos, latinoamericanos y peninsulares enriquecen los estudios lingüísticos, culturales y literarios a través de nuevas aproximaciones digitales y crean nuevas historias multilingües en el registro digital (Allés-Torrent, Myers, y Ortega 2021; Benedict 2021). Este trabajo presenta el diseño de dos cursos de humanidades digitales transfronterizas y transnacionales, seguido por retos y soluciones que enfrentaron las profesoras, consecutivamente proponiendo prácticas feministas de asesoría y mentoría y finalizando con una serie de testimonios de estudiantes del Departamento de Español y Portugués que cursaron ambos o uno de los cursos.

El artículo se centra en los testimonios de profesoras y estudiantes hispanohablantes que adentran en sus experiencias en la enseñanza y desarrollo de proyectos digitales centrados en prácticas y metodologías de storytelling y temas de fronteras dentro de comunidades latinas, latinoamericanas, del Caribe y peninsulares desde lo transnacional y translocal. El enfoque de storytelling es una combinación de prácticas análogas y digitales que promueven nuevas aproximaciones hacia un pensamiento y análisis crítico (Barber 2016; Benmayor 2008) mediante el uso de herramientas digitales. Expandiendo esta idea de storytelling, la intención de los cursos fue crear trabajos digitales que exploraran la posibilidad de contar contrahistorias que han sido divididas o excluidas del archivo o de espacios públicos y digitales y cuestionaran el rol de la memoria, la representación, la justicia social en el registro digital (Thorat y Rosenblum 2017). Dentro de esta pedagogía de humanidades digitales transfronterizas y transnacionales se alude a prácticas translocales para acceder, analizar, aplicar y contextualizar información y tecnologías digitales cruzando fronteras del mundo hispanohablante y enfocándose en conocimientos locales. La creación de los proyectos sitúa los temas de enfoque en conexión con otros países y adentran en contextos locales que implican historias en distintos lenguajes, culturas, fenómenos sociales o políticos vinculados a un espacio y contexto histórico particular. En ambos cursos se expuso el trabajo tanto de académicos como no académicos que incorporan herramientas digitales y tecnologías para representar o contribuir a cambios en comunidades de la frontera, latinas y/o latinoamericanas. Además, con el fin de ampliar la visión de los estudiantes sobre el trabajo que se lleva a cabo en el continente americano se invitó a una serie de expertos cuyo trabajo no necesariamente es académico pero cuyas metodologías contribuyen a las humanidades digitales multilingües, transfronterizas y transnacionales.

El enfoque pedagógico y las metodologías aplicadas en estos cursos de humanidades digitales se enfocaron en fronteras Latinx y Latinoamericanas que ambas profesoras han trabajado a través de distintos proyectos y equipos transnacionales. Es decir, unas humanidades digitales transfronterizas y transnacionales como una forma de situar y unir fronteras geopolíticas, físicas y metafóricas al analizar y crear material y proyectos relacionados o enfocados con temas culturales, históricos, sociales y políticos de comunidades o individuos que transgreden espacios personales, locales o nacionales. De acuerdo con Emma Pérez (Pérez 2003, 123) es importante tomar en cuenta que las fronteras están “imprinted by bodies that traverse the region, just as bodies have been transformed by the laws and customs in the regions”, por lo tanto, las fronteras están bajo un registro colonial el cual, por medio de la teoría y la práctica, se debe cuestionar e intervenir con nuevas prácticas y metodologías decoloniales y poscoloniales. Dentro de las humanidades digitales transfronterizas y transnacionales se ponen en conjunto escenarios donde las historias, los datos, el material tienen una conexión entre comunidades y países, en este caso del mundo hispanohablante y se buscan formas y tecnologías para representar y documentar dinámicas de estas movilidades humanas en el registro digital (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021a; Álvarez y Fernández Quintanilla 2022; Fernández Quintanilla, Rocha de Luna, y Zapata 2022). Por ejemplo, dentro del material de archivo,

(t)he distribution and content of borderlands newspapers indicate a mobility deeply embedded in print culture that contains a variety of data documenting migration flows, and transborder identities and dynamics; however, the traditional cataloging process emphasizes division rather than holism by classifying sources and archives based on their location on either side of the border. (Fernández Quintanilla y Álvarez 2022, 514)

Al recopilar datos de periódicos en ambos lados de esta frontera, México-Estados Unidos, localizados en distintos archivos, y crear un mapa digital se visualiza un registro histórico de la imprenta fronteriza de ambos lados. Este recurso digital termina por documentar distintas dinámicas de comunidades e individuos en la frontera México-Estados Unidos y representa la movilidad y fluidez en distintos periodos.

En las humanidades digitales transfronterizas y transnacionales, las prácticas decoloniales y poscoloniales son centrales en su pedagogía y metodología para contestar sistemas coloniales que enfatizan un entendimiento de división, marginalización, y deshumanización establecido e impuesto por hegemonías del occidente. Por ejemplo, leyes y retóricas tóxicas hacia la región fronteriza en los últimos años han generado una serie de movilidad que borran la realidad de los migrantes en la frontera y la ha hecho ver cómo una “crisis” en contra de las comunidades fronterizas y migrantes. En el 2018, al intervenir en la “crisis en la frontera” bajo la política Cero Tolerancia, la iniciativa de Torn Apart / Separados, con prácticas de movilización en las humanidades digitales crea una serie de visualizaciones digitales que demuestran cómo el imperio neocolonial de los Estados Unidos ha subordinado a los migrantes de Centroamérica. Tomando en cuenta que en las humanidades digitales del mundo hispanohablante se han establecido áreas enfocadas en estudios Latinos y Latinoamericanos, las humanidades digitales transfronterizas y transnacionales añaden a este trabajo para generar investigación y producción que parte de escenarios translocales de comunidades y regiones en fronteras geopolíticas y conecta con otras regiones. Al enseñar desde un “pensamiento fronterizo” las humanidades digitales con prácticas y métodos decoloniales y poscoloniales se impulsa un entendimiento crítico de las dinámicas y las transformaciones en las fronteras y su registro análogo y digital, así como en los recursos digitales y tecnologías utilizadas y desarrolladas.

El plan de estudio de estos cursos incorporó una aproximación poscolonial de las humanidades digitales desde la teoría a la práctica, en la que los estudiantes analizaron las problemáticas: del privilegio del hemisferio norte al contar y crear historias dominantes de la cultura occidental que marginaliza epistémicamente las historias del hemisferio sur (Risam 2019); considera contar historias de ambos lados de la frontera o ser específicos del lado de enfoque (Castillo y Tabuenca 2002); y sitúa el poder y la agencia entre el Primer y Tercer/Segundo y Tercer mundos (Mohanty 2017). Las prácticas incorporadas y los valores transmitidos en estos cursos están conectadas con el trabajo propuesto por un feminismo de mujeres de color (Moraga y Anzaldúa 1984; Mohanty 2003) y unas humanidades digitales críticas, decoloniales y poscoloniales entre el hemisferio norte y sur (Posner 2014; Risam 2019). Las prácticas pedagógicas de asesoría y mentoría son sumamente importantes para guiar éticamente a los estudiantes a crear este tipo de historias digitales, de igual manera la creación de espacios seguros y de apoyo fomentan el crecimiento profesional e intelectual de estudiantes hispanohablantes graduados con habilidades de las humanidades digitales.

Descripción y diseño de cursos

Ante el interés por parte de profesores y estudiantes de que se ofrecieran cursos de humanidades digitales enfocados en temas hispanos, latinos, latinoamericanos y de estudios de género, el Institute for Digital Research in the Humanities (IDRH 2021) les permitió a Fernández Quintanilla y Álvarez, que estaban haciendo su postdoctorado, ofrecer un curso de humanidades digitales bajo el Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe. Este curso se ofreció también para otros departamentos, como American Studies, Spanish and Portuguese, Women’s, Gender and Sexualities y African and African American Studies para que más estudiantes tuvieran acceso al curso. Con el título de, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera” (Fernández Quintanilla 2021), se ofreció en la primavera del 2021 el primer curso con un enfoque en estudios interdisciplinarios y fronterizos, en formato bilingüe, inglés y español, y abierto a estudiantes subgraduados y graduados.

Los obstáculos que existen en la actualidad al proponer y ofrecer cursos de humanidades digitales en departamentos de humanidades reflejan una serie de fallas en el sistema educativo universitario. Cuando estos cursos se propusieron, los estudiantes tuvieron incertidumbre acerca de tomar estos nuevos cursos de humanidades digitales debido a que no sabían si obtendrían créditos universitarios por ellos. Por lo que se les tuvo que explicar el curso, mostrar el plan de estudios con antelación, validar el aporte que iba a tener el estudiante por tomar estos cursos y aclarar el nivel de dificultad de las herramientas digitales. Asimismo, para el segundo curso surgieron otra serie de obstáculos, ya que los estudiantes tuvieron que hacer peticiones especiales para que les aprobaran la matriculación del curso. Algunos de los estudiantes solamente asistieron como oyentes o bajo un crédito y otros decidieron tomar el curso sin que se les considerara como parte del currículum de clases requeridas. Este tipo de escenarios y actitudes muestra una problemática ya que al no apoyar a los estudiantes para tomar cursos de humanidades digitales, se restringe su desarrollo intelectual en estas áreas de estudio y se devalúa el aporte, conocimiento e investigación dentro de las humanidades digitales.

Fernández Quintanilla y Álvarez diseñaron los cursos de humanidades digitales de forma bilingüe ya que su experiencia había sido solamente en cursos y oportunidades mayormente en inglés y fuera del Departamento de Estudios Hispánicos del cual provenían. Esto les generó en un principio limitaciones en el aprendizaje y desarrollo de sus intereses en trabajos multilingües en las clases de humanidades digitales cursadas. Basado en esta experiencia y tomando en cuenta prácticas implementadas en planes de estudio multilingües (Ortega y Saum-Pascual 2020) se diseñó el curso incorporando proyectos y lecturas en español para los estudiantes que desearan explorar y analizar desde esta aproximación teniendo la confianza de exponer e interactuar en español o inglés.

El curso ofreció a los estudiantes la oportunidad de explorar diversas formas de contar historias, conocer distintas maneras de narrativas digitales de resistencia y crear espacios digitales individuales y colectivos para desarrollar y compartir los propios conocimientos de los estudiantes sobre fronteras físicas, geopolíticas, metafóricas y/o personales. Este enfoque mediante la introducción a teoría, proyectos, herramientas y prácticas de humanidades digitales permitió que los estudiantes desarrollaran nuevas habilidades de contar historias en forma digital y así aprender cómo acceder, analizar y construir datos, registros, archivos y recursos digitales interactivos (mapas, líneas del tiempo, exhibiciones, bases de datos, etc.) desde perspectivas transfronterizas, translocales y transnacionales con aproximaciones de justicia social. En el curso se utilizó United Fronteras (United Fronteras 2020) como referente en los siguientes módulos que incorporan el análisis y la práctica hacia una aproximación de historias digitales fronterizas. Los módulos de práctica requieren trabajar no más de 15 a 20 elementos (items) ya que es un curso introductorio de humanidades digitales y listado para subgraduados y graduados:

  1. Identificar la historia o historias en un grupo de proyectos seleccionados.

  2. Determinar el material/recursos (items) utilizados en proyectos seleccionados

  3. Analizar la información/metadatos (lenguaje y vocabulario) de los materiales/recursos de proyectos seleccionados

  4. Observar la representación/visualización del material por medio de herramientas digitales

  5. Poner en práctica los módulos anteriores en base a un tema de interés enfocado en temas de fronteras.

Estos ejercicios permitieron a los estudiantes observar las posibilidades y limitaciones de los medios digitales para contar historias que han sido excluidas históricamente y cuestionar temas relacionados a la representación de historia, identidad, geografía y cultura de fronteras físicas y metafóricas.

El curso estaba planeado de forma presencial, sin embargo, en el 2021 la pandemia del COVID-19 hizo que se modificara y se estructurara para su formato virtual. Esto limitó que dentro del curso se incluyeran actividades donde los estudiantes hicieran trabajo de campo o tuvieran interacción directa con comunidades no académicas debido a las regulaciones de la pandemia. Sin embargo, se dio la posibilidad de tener una serie de invitados de distintas partes del mundo y participar en eventos en línea. Adicionalmente, el curso ofreció una serie de presentaciones y talleres virtuales con invitados que hablaron de aproximaciones éticas para contar historias de la frontera de forma literaria, pública y digital y explicaron el uso de ciertas herramientas digitales que pueden ser utilizadas para crear historias digitales.

En otoño del 2021 bajo el título de “Latinx and Latin America DH Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), se ofreció una continuación del primer curso en conjunto con la Dra. Maira E. Álvarez, quien estaba en un postdoctorado de American Council of Learned Societies “Emerging Voices” en la Universidad Estatal de Arizona. El enfoque de este curso fue el desarrollo de un proyecto individual de humanidades digitales enfocado en un tema de interés de Latinoamérica, el Caribe, latino y/o peninsular. La clase se enfocó en prácticas y metodologías transnacionales y translocales para colectar datos, explorar e interactuar con herramientas digitales y sustentar un proyecto digital siendo estudiantes. Este enfoque transnacional y translocal se refiere a la recolección de datos en archivos y repositorios localizados en Estados Unidos, Latinoamérica, el Caribe y España para poner en conjunto información depositada en diferentes archivos y repositorios con el propósito de crear nuevas bases de datos; diseñar proyectos basados en conocimientos personales y culturales que representan otras vivencias relacionadas a estos países; desarrollo de contenido y recursos digitales multilingües que representa realidades transnacionales y decoloniales que rompe con los parámetros del inglés como lingua franca dentro de las humanidades digitales (Benedict 2021; Gil y Ortega 2016; Ortega 2015). Durante este segundo curso los estudiantes también estuvieron expuestos a asesoría personalizada y capacitación profesional para presentar los proyectos de investigación en conferencias, solicitar becas de humanidades digitales y publicar el trabajo en distintos ámbitos.

El segundo curso también se ofreció de manera virtual. Esto permitió que las dos profesoras pudieran dividir el trabajo en dos grupos para dedicar un tiempo específico de las clases a asesorar y capacitar a los estudiantes en el desarrollo de sus proyectos, que se encontraban en distintas etapas y utilizaban diferentes herramientas digitales. Durante este curso, los estudiantes aprendieron a documentar el proceso de creación de sus proyectos y comenzaron a articular y crear su proyecto basado en la teoría de las humanidades digitales y de sus áreas de estudio guiados por los siguientes módulos:

  1. Seleccionar y analizar un proyecto relacionado al tema de interés de los que se encuentran documentados en directorios digitales como United Fronteras (United Fronteras 2020), CariDiScho (CariDiScho 2021) o Reviews in DH.

  2. Proponer un micro proyecto y diez metas para el semestre.

  3. Trabajar en la recolección de datos del proyecto y presentarlos en una hoja de cálculo.

  4. Familiarización e incorporación de herramientas digitales con el material colectado y presentar los prototipos digitales realizados.

  5. Hacer investigación del tema y escribir una propuesta para presentar el proyecto en un congreso/simposio/evento.

  6. Presentar la primera versión del proyecto en la plataforma seleccionada.

En ambos cursos se trabajaron los temas de humanidades digitales desde un enfoque poscolonial, transnacional y translocal tales como: la crítica de las representaciones coloniales de la frontera en el registro análogo y digital; la representación de historias y voces locales y transnacionales; el cuestionamiento de los datos y el uso y desarrollo de recursos digitales entre comunidades en distintos hemisferios; el análisis de ética de trabajo desde lo académico, personal, y comunitario; y la importancia de la inclusión de una variedad de registros lingüísticos. En general, esto les permitió a los estudiantes trabajar en su proyecto de distintas formas después de haber tomado el primer curso y entablar conversaciones con profesores de la facultad correspondiente para la consideración de una investigación desde las humanidades digitales que tomara en cuenta sus proyectos como parte de las tesis de maestría y de doctorado.

Retos y soluciones

El diseño de los cursos surge de la experiencia personal de Fernández Quintanilla y Álvarez al haber tomado cursos y talleres de humanidades digitales en los Estados Unidos, donde los temas de estudios étnicos, latinos, latinoamericanos y de frontera no eran prioridad, lo que provocó una falta de entendimiento para saber cómo integrar las humanidades digitales en temas y escenarios con estos enfoques. Nora Benedict (Benedict 2021) resalta esta ausencia en departamentos de Lenguas Modernas al mencionar como

(u)nlike the large number of English departments that now offer introductory and advanced digital humanities courses for their graduate students on a regular basis, most Modern Language departments do not provide their students with in-house opportunities to learn and study digital humanities methodologies or approaches. (Benedict 2021, 573)

En cuanto a los cursos presentados en este trabajo, es importante señalar los retos y soluciones que se presentaron en estos dos cursos interdisciplinarios con estudiantes hispanohablantes enfocados en estudios latinos, latinoamericanos y de frontera en las humanidades digitales. Como punto de partida ambos cursos integraron prácticas pedagógicas feministas transnacionales desde la incorporación del conocimiento personal de los estudiantes a la conexión con sus respectivas comunidades (hooks 1994; Moraga y Anzaldúa 1984), es decir, crear puentes por medio de sus proyectos que reflejen lo humanístico y lo digital, situándose en comunidades dentro y fuera de la academia.

El primer reto fue el horario, el primer curso, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera”, se impartió dos veces a la semana por una hora. Este tipo de horarios limitó la discusión de lecturas, proyectos y entrenamiento detallado de herramientas digitales. Este reto se resolvió dividiendo los días, se asignó un día de discusión de lecturas y proyectos y el otro día para presentaciones y talleres. Las tareas eran asignadas al final del módulo para aplicar lo aprendido haciendo uso de herramientas digitales y creando pequeñas muestras. Esta estrategia de horario se tomó en cuenta para el formato del segundo curso, “Latinx and Latin America DH Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), se ofreció un día a la semana con un formato de una hora de discusión, un receso de 15 minutos y una hora y 15 minutos de asesoría y entrenamientos personalizados en los proyectos que los estudiantes estaban desarrollando.

El segundo reto fue encontrar un balance en la enseñanza ya que en el curso del otoño había tanto estudiantes con conocimiento previo como estudiantes que tomaban un curso de humanidades digitales por primera vez. Al enfrentarse a una clase mixta, virtual y enfocada en la creación de un proyecto, Fernandez Quintanilla y Álvarez solucionaron este reto dividiendo a los estudiantes en dos grupos, principiantes e intermedios, para asesorarlos en el desarrollo de sus proyectos, la metodología aplicada a su tema de estudio y el uso de las herramientas digitales. Por ejemplo, dos prácticas implementadas fueron: el grupo de principiantes iniciaron con un ejercicio de exploración de algunos proyectos con el fin de ayudarles a tener ideas de la variedad de trabajos que podían considerar. Después, se les asignó a ambos grupos, y de forma individual, una lista de diez metas para el desarrollo de su proyecto con fechas de entrega, lo que permitió evaluar el desempeño y avance de sus proyectos de acuerdo con su nivel de conocimiento de humanidades digitales y expectativas académicas.

El tercer reto se presentó al crear dinámicas y espacios seguros donde los estudiantes pudieran presentar y recibir retroalimentación de sus proyectos en la etapa de desarrollo y hacia múltiples audiencias. Esto se solucionó al incorporar prácticas feministas en la mentoría, es decir, creando una comunidad dentro de clase fomentando la crítica constructiva, respeto, solidaridad, rompiendo con actitudes competitivas y celebrando los logros y avances de sus compañeros. La solución fue presentando diversas estrategias, por ejemplo, los estudiantes recibieron talleres donde se habló de cómo documentar y sustentar su proyecto, como fue el caso de la presentación del director del IDRH, Brian Rosenblum, quien les presentó a los estudiantes “The Socio-Technical Sustainability Roadmap” (The Visual Media Workshop 2023) y les dio recomendaciones para sus proyectos. Como segunda estrategia, durante el semestre los estudiantes tuvieron tres presentaciones en clase, la primera mostrando el estado de sus proyectos, la segunda enfocada en las dificultades que se presentaron durante el desarrollo del proyecto y, por último, al final del curso los estudiantes presentaron un proyecto piloto incorporando una plataforma o herramienta digital que satisficiera sus objetivos. En las presentaciones que los estudiantes dieron dentro del salón de clases había un tiempo de comentarios, sugerencias y retroalimentación que pudiera contribuir al desarrollo y avance del trabajo por parte de los compañeros ya que algunos de ellos habían tomado el primer curso. Cabe señalar que las experiencias y conocimientos que aportaron los estudiantes como retroalimentación hacia el trabajo de sus compañeros fue parte fundamental para generar un ambiente comunitario.

La tercera estrategia fue incentivar a los estudiantes a presentar sus proyectos en eventos de la universidad, solicitar una beca de humanidades digitales (Storytelling Fellowships) organizado por el IDRH y presentar su trabajo con profesores en sus respectivas áreas de estudio. Cabe aclarar que estas oportunidades fuera del salón de clase no fueron parte de las calificaciones de clases y los estudiantes no recibieron ninguna penalización por no participar, todo fue voluntario con el fin de aprovechar los cursos para su desarrollo profesional y académico bajo una mentoría y asesoría personalizada que rara vez se integra en cursos dentro las humanidades.

Asesoría y mentoría en humanidades digitales

Parte integral de los cursos mencionados fue incorporar una mentoría enfocada en el desarrollo profesional, académico y personal de los estudiantes en el cual se consideraran sus identidades, experiencias y puntos de vista como hispanohablantes, latinos y latinoamericanos y provenientes de un departamento de Lenguas Modernas. Es importante reconocer que cuando el profesorado que diseña y enseña cursos de humanidades digitales entiende el trasfondo de estudiantes hispanohablantes se logra trabajar en la sanación de identidad ocasionadas por violencias coloniales presentes dentro y fuera de la academia. Esta mentoría surgió orgánicamente (Soltovets, Chigisheva y Dmitrova 2020) al notar una serie de necesidades que tenían los estudiantes del departamento de Lenguas Modernas ya que las humanidades digitales no eran parte del programa y currículum. Fue notorio que los estudiantes no habían estado expuestos a prácticas colaborativas utilizando conocimientos de las humanidades aplicadas en las tecnologías digitales. Por lo tanto, el segundo curso se diseñó con un componente de mentoría y asesoría dentro de la clase e individualmente para un curso de 7 estudiantes incluyendo subgraduados, y graduados de maestría y doctorado. Es importante mencionar que existen diversas formas de mentoría como menciona Elizabeth Losh que pueden llegar a ser problemáticas al ejercer prácticas de control hacia el estudiante y su trabajo (Losh 2018). No obstante, partiendo de una experiencia personal y de una conciencia de la existencia de mentorías tóxicas, Fernández Quintanilla y Álvarez incorporaron prácticas feministas creadas por mujeres de color (Villaseñor, Reyes, y Muñoz 2013; hooks 1994) construyendo un puente entre lo académico, profesional y personal para que los estudiantes tomaran sus propias iniciativas de liderazgo y así transformar realidades culturales, sociales y políticas a través de prácticas de humanidades digitales desde un conocimiento personal. En la mentoría del segundo curso dichas prácticas se vieron reflejadas de diversas formas en las siguientes actividades:

Las reuniones mensuales con cada estudiante se enfocaron en las diez metas establecidas por los estudiantes al inicio del semestre. Estas consistieron en reuniones de 30 minutos, programadas de forma bimestral durante el semestre y una tercera reunión opcional durante la semana de exámenes. La asesoría se enfocó en conversar y guiar el proyecto de acuerdo con prácticas y metodologías críticas para recopilar, analizar e incorporar datos e información en los proyectos que estaban desarrollando desde perspectivas transnacionales, translocales, decoloniales y poscoloniales (Risam 2019). Los estudiantes recibían con anticipación una lista de horarios para la semana para adaptar las reuniones a su disponibilidad. Además, se les pidió que prepararan preguntas enfocadas a la clase o relacionadas con su trabajo y un breve reporte sobre el avance del proyecto con el fin de asesorar a cada estudiante de manera personalizada. Por último, los estudiantes hacían modificaciones a sus metas de acuerdo con las recomendaciones y a su criterio.

El trabajo final consistió en diseñar y presentar un póster digital para lo cual contaban con un tiempo de 3 a 5 minutos, seguido de 10 minutos de discusión, comentarios y sugerencias para hacer modificaciones necesarias y entrega del proyecto piloto. Esta es una práctica común en eventos de humanidades digitales donde los estudiantes aprenden a presentar brevemente la sinopsis, el proceso y los resultados del trabajo digital. De acuerdo con Quinn Dombrowski, “poster session gives you an opportunity to talk to lots of different people about your work (which itself is a useful experience, even beyond what you might learn from those conversations” (Dombrowski 2019). Sin embargo, para este grupo de estudiantes fue un reto entender los beneficios y la estructura de este tipo de presentaciones. La asesoría consistió en hacerlos reflexionar sobre su proyecto, el proceso de creación, la contribución de trabajo y aprender a incorporarlo en un formato digital. Este tipo de actividades usualmente se utilizan en las ciencias sociales y STEM, por lo tanto, los estudiantes en un principio mostraron ansiedad al no estar familiarizados con la idea de presentar sus proyectos en este formato. La mentoría fue crucial para impulsar a los estudiantes a explorar nuevas formas de exponer un trabajo en desarrollo de forma breve.

De manera gradual, la asesoría y mentoría sobre las asignaturas de clase les ayudó a crear confianza y seguridad en sí mismos y en su trabajo, al recibir comentarios y contestar preguntas del proyecto ante la clase y en público. Asimismo, el crear un proyecto desde la práctica, las reuniones y actividades en general ayudaron a los estudiantes a identificar de forma concisa la metodología, estructuras y contribuciones de sus proyectos. Como resultado, se le invitó a la clase a participar en el Graduate Student Red Hot Research organizado por The Commons en la Universidad de Kansas, lo cual es una oportunidad para estudiantes y profesorado de “introduce researchers to the work of their colleagues; prompts questions within current research through the perspectives of many disciplines; and develops collaborative research teams as a result of overlapping interest & expertise” (Red Hot Research 2022). En este evento participaron Fernando Santos, Hipatia Medina, Sandra de León y Lena Moose, quienes presentaron su proyecto de investigación. Las profesoras se reunieron con antelación con cada uno de los estudiantes para practicar la presentación, revisar el material, orientar a los estudiantes en el formato de presentación, el tiempo y estrategias para contestar preguntas y comentarios. La asesoría y mentoría previa ayudó a que los estudiantes estuvieran preparados y sintieran confianza el día del evento.

Consecutivamente, se les alentó a los estudiantes a solicitar a la beca de “Digital Humanities Fellows” de la Universidad de Kansas que consiste en un grupo de diez seleccionados entre profesores, bibliotecarios y estudiantes de la universidad los que tendrían que asistir a talleres para sus proyectos, eventos y acceso a oportunidades de crear conexiones y capacitarse en métodos de humanidades digitales y herramientas. Durante las reuniones fuera de clase, las profesoras asesoraron a los estudiantes interesados en la beca leyendo las propuestas, redactando los Curriculum Vitae usando como ejemplos los documentos profesionales de las profesoras ya que los estudiantes no tenían conocimiento de cómo presentar su trabajo digital y nunca habían recibido asesoría de cómo hacer estos documentos. Cabe señalar que los estudiantes dudaban de su capacidad de solicitar a esta beca por cuestiones del lenguaje y por miedo a realizar presentaciones y participar en programas fuera de su facultad. De diez becarios seleccionados, tres estudiantes del curso, Fernando Santos, Sandra de León y Lena Moose, recibieron la beca Digital Humanities Fellows entre 2021 y 2022 (Digital Humanities Fellows 2023) para continuar su investigación y proyectos digitales creados en clase sobre historias digitales con temas latinos y latinoamericanos. Muchas de estas oportunidades de humanidades digitales priorizan el apoyo a los profesores interesados en desarrollar proyectos de humanidades digitales y los pocos estudiantes que participan en estas becas provienen generalmente de otros departamentos donde la lingua franca es el inglés. El impacto de este conjunto de experiencias que tuvieron los estudiantes al participar en conversaciones, talleres y presentaciones con otros profesores y estudiantes de otras disciplinas y universidad es notorio en sus estudios, desarrollo profesional, personal y académico.

Por último, la asesoría y mentoría va más allá del salón de clase y se vio reflejada en presentaciones para congresos y simposios de humanidades digitales con los estudiantes. A pesar de que estos eventos se dieron después de finalizados los cursos, Fernández Quintanilla y Álvarez involucraron a los estudiantes en el proceso de preparación para congresos desde escribir las propuestas hasta el diseño y contenido de las diapositivas a presentar. Durante el verano de 2021, las profesoras se pusieron en contacto con los estudiantes de ambos cursos para invitarlos a participar en el simposio de United Fronteras 2021 en donde Hipatia Medina moderó una sesión enfocada en proyectos que ella analizó en los cursos y Sandra de León, Luisa Garces Sierra y Haley Bajorek participaron en una mesa redonda, en conjunto con la clase del profesor Clayton McCarl de la University of North Florida, “Pedagogía con United Fronteras”, donde hablaron de su experiencia utilizando United Fronteras para aprender de humanidades digitales y temas de fronteras. Después en el verano de 2022, Angel Rañales, Luisa Gárces, Hipatia Medina, y Claudia Salas participaron junto con las profesoras en una mesa redonda en el congreso de DH Unbound 2022, “A Decolonial-Postcolonial Approach: Digital Humanities Pedagogy in Modern Languages”, en donde los estudiantes presentaron sus trabajos y hablaron de los retos y logros de haber tomado cursos de humanidades digitales por primera vez. Como resultado, algunos de estos estudiantes tuvieron la oportunidad de exponer su trabajo en la que sería su primera experiencia de participación en congresos o eventos públicos.

Experiencias en cursos de humanidades digitales en español

Hipatia Medina-Ágreda: Humanidades digitales desde la perspectiva de un estudiante de crítica literaria

Comprender que las humanidades digitales se pueden aplicar a la crítica literaria, fue descubrir un nuevo mundo de oportunidades de investigación académica, pedagógicas y laborales. Como estudiante del Departamento de Español y Portugués, estos cursos de humanidades digitales desde aproximaciones fronterizas me permitieron investigar un texto literario de la frontera a través de diferentes herramientas como el mapeo para visibilizar geográficamente el desplazamiento de los personajes. A la vez, exploré la creación de plataformas como la de la cronología histórica alineada con los eventos que suceden en la novela y, con ello, ver cómo el texto narrativo refleja la realidad sociocultural como lo haría un espejo. Para complementar la conversación, agregué una plataforma para crear un diario comunitario e invitar nuevas voces a contribuir con su testimonio al archivo digital. En estos dos cursos, aprendí sobre la asesoría y los recursos que ofrece el IDRH en la Universidad de Kansas, tanto en la parte que involucra diseño gráfico, selección apropiada de plataformas y cómo usarlas, como el mantenimiento de una página de internet, becas e información sobre nuevos adelantos digitales. Las pláticas que se incluyeron dentro de los cursos con los expertos en diferentes campos nos instruyeron sobre las experiencias positivas y negativas del trabajo que se hace en las humanidades digitales en comunidades fronterizas, latinas y latinoamericanas.

Mi investigación se basa en el estudio de la violencia cotidiana en la frontera mexicoamericana con atención al archivo y uno de los textos en los que se basa mi investigación, usa el proceso de narrar historias, las cuales refieren tanto a eventos históricos como costumbres y tradiciones de este espacio fronterizo, a través de fotografías que se sacan al azar de una caja de zapatos. Gracias a los cursos de humanidades digitales que tomé, tuve la idea de digitalizar este proceso narrativo para que el espectador tenga la experiencia de elegir por sí mismo la fotografía y lea los pasajes literarios correspondientes a ella. A la vez, he creado una plataforma para invitar al público a que agregue su propio testimonio relacionado con el evento fronterizo que cuenta la imagen. Para el diseño del proyecto los talleres en clase nos dieron asesoría sobre cómo presentar el contenido seleccionado, organizar el número de páginas y su navegación, evaluar las plataformas que se usarían, elegir el servidor y diseño, hacer una proyección de existencia y mantenimiento, hasta cómo solicitar a becas para financiar los costos de la creación de la página de internet, comprar el dominio y memoria en el servidor. No obstante, cuando se propone utilizar una nueva herramienta tecnológica o metodología en la investigación del estudiante, le toca al estudiante familiarizar a los profesores y administradores, que desconocen del área de humanidades digitales. Así fue mi experiencia con el proceso de acceso y distribución de fondos donde debí justificar los gastos para mi proyecto y su relevancia para designar el presupuesto de la manera que lo hacía. En el caso de las plataformas que el creador decide usar para sus proyectos de humanidades digitales existen distintas formas de sustentabilidad usando herramientas que son gratuitas, cuyo uso implica ceder los derechos de propiedad intelectual o permitir anuncios publicitarios o de costo alguno que en algunos casos forman parte de algún programa institucional u organización.

Por otro lado, el poder participar en el simposio de United Fronteras organizado por los miembros de este proyecto, incluyendo las profesoras, en julio 2021, me permitió exponer mis ideas sobre cómo incluir las humanidades digitales en mi proyecto de investigación de frontera y recibir sugerencias para mejorarlo ante un público de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos. Por ejemplo, mi intención era tener una plataforma abierta, sin filtros que pudieran influir una perspectiva o censurar, para invitar al público a que incluyera sus testimonios. Sin embargo, se corren diferentes riesgos que no tenía previstos, los cuales fueron expuestos durante el simposio por los expertos, y cuyos comentarios me sirvieron para crear filtros y parámetros apropiados y, con ello, darle un mantenimiento efectivo a la plataforma digital. Asimismo, uno de los puntos que abordó uno de los presentadores fue la vigencia del proyecto, sugiriendo hacer una evaluación cada dos años sobre su contenido y relevancia ya que de esta forma se pueden proyectar costos de mantenimiento.

Estos dos cursos de humanidades digitales que tomé en la primavera y otoño de 2021 me brindaron oportunidades para expandir mi investigación en otras áreas, complementar y analizarla desde nuevas perspectivas. De esta manera, he decidido incluir un capítulo en mi disertación sobre la aplicación de las humanidades digitales en la literatura y cultura fronteriza. De las humanidades digitales me llevo un mundo de posibilidades, desde nuevas formas de exponer mi investigación, incluir al público no académico, de incorporarlo en mi pedagogía, de crear una plataforma que sirva como un diario comunitario, a nuevas formas laborales. En sí, las humanidades digitales son una evolución educativa. A los estudiantes que están considerando explorar esta área, les recomiendo tomar cursos que ofrecen en la universidad y buscar qué recursos se ofrecen dentro y fuera de la academia, tutoriales en internet e incluso buscar asesoría directa, con otros humanistas digitales o personal que provee asistencia a través de cada una de las etapas del desarrollo del proyecto.

Ángel M. Rañales: Rastreador de nostalgia: Humanidades digitales en el ámbito peninsular premoderno

En la primavera de 2021 enseñé un curso de subgraduado de cultura hispánica transatlántica en el Departamento de Español y Portugués en la Universidad de Kansas cuyo proyecto final introducía a los estudiantes a las humanidades digitales mediante la combinación de investigaciones culturales, práctica de lengua, destrezas de pensamiento crítico y aplicación de prácticas de profesionalización. En este curso se invitó a una bibliotecaria y una investigadora de postdoctorado en humanidades digitales, con experiencia en estudios hispánicos, a facilitar una serie de presentaciones y talleres en español introduciendo prácticas y herramientas para la actividad final en la clase. Esta pequeña incursión sirvió de catalizador para adentrar mis intereses en la disciplina, pues previamente todo lo relativo a las humanidades digitales se hacía inalcanzable, al menos a corto plazo. Una disciplina en auge a la que sin embargo no podía acceder hasta que el segundo curso que el ensayo aborda salió adelante. Gracias a su contenido y a sus profesoras, entablé relación cercana y aprendí el potencial del campo dentro de los círculos académicos e investigativos, pero, más en concreto, dentro de mi disciplina de estudios medievales y de cultura libresca en la Iberia premoderna. Esta fue una sorpresa agradablemente satisfactoria y gratificante, con la que todavía convivo.

De unos juicios de valor elementales como que las humanidades digitales solamente estaban al alcance de unos pocos especialistas, a la realización de la apertura de un campo de estudio que abraza la interdisciplinariedad tanto en cuanto objeto de estudio, redes de colaboración y formación profesional. Del estudiante graduado que era en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Kansas, bien formado en crítica y teoría literaria y en general en estudios hispánicos, esta oportunidad me abrió las puertas hacia lo desconocido y por conocer, a multitud de oportunidades dentro y fuera de la institución que anteriormente no existían. Entre ellas, destaca el desarrollo de las actividades docentes y pedagógicas para la enseñanza mencionadas al comienzo, con posterior y primeriza presentación en mayo del 2022 en el congreso de humanistas digitales de DH Unbound, o la participación actualmente dentro del grupo colaborativo de HASTAC (Humanities, Arts, Science, and Technology Alliance and Collaboratory) que congrega a humanistas, artistas y expertos en ciencia y tecnología con el fin de fomentar nuevas formas de investigación, enseñanza y aprendizaje. Un espacio compartido donde las humanidades digitales son protagonistas.

Durante el segundo curso aquí propuesto, “Latinx and Latin America DH Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), tuve la ocasión de indagar en teorías y prácticas poscoloniales y digitales para elaborar un proyecto piloto—actualmente en desarrollo—que consiste en el cuestionamiento de las formas contemporáneas de representación del periodo medieval en Iberia para descentralizar la apreciación histórica de este periodo y su aparente y notoria apropiación por los círculos tradicionalmente académicos e intelectuales. Usualmente ni siquiera calificadas como merecedoras de examinación por el distanciamiento con la cultura de la intelectualidad, se suelen desatender estas visiones populares por la mera categoría de popular, prevaleciendo así las jerarquías sociales y de poder salientes de la colonialidad como proceso formativo que priorizan formas alternas y más clásicas u ortodoxas de producción de conocimiento. Así, este proyecto digital titulado Rastreador de nostalgia recoge recientes manifestaciones populares que retoman, representan y simulan el pasado medieval bajo múltiples modos y formatos en la Iberia actual. Esto con el fin de abrir nuevas y significativas sendas que ayuden a completar la comprensión de la interacción y la relación del público moderno con la narración de las continuidades históricas que se han ido filtrando a lo largo del tiempo hasta hoy en día, pero que sin embargo una vez extraída de redes institucionales parecen perder relevancia y la categoría de estudiable desde el ámbito erudito. Rompiendo con el hermetismo tradicional, lo interdisciplinario se exhibe gracias a la implementación de prácticas de archivo digital y accesible, de recolección de datos institucionales y populares, de búsqueda de material en plataformas clásicas y más innovadoras, del entendimiento del medievalismo como noción intelectual y, finalmente, de aplicación de recursos digitales para la visualización del material. Con todo, la base de datos que se gestó salió a flote gracias a la búsqueda de productos modernos que presentan visualmente la Edad Media en Iberia: portadas de ficción literaria en editoriales y casas de publicación, posters de festivales populares en periódicos, anuncios, publicidad y programas de promoción de fiestas, y portadas de videojuegos en plataformas de la industria homónima. La totalidad de los datos e instancias se encuentra almacenada en un documento Excel para ser interpretada y filtrada, y así argumentar que la cultura popular también tiene un espacio de visibilidad y de representación histórica y medieval en la sociedad y, por lo tanto, digna del escrutinio académico.

Este proyecto piloto surgió a base de numerosas discusiones de lecturas, de conversaciones con compañeros de clase y con las profesoras y a causa de una ambición personal que encontró en las humanidades digitales el recipiente idóneo para gestarse. Comprender el nuevo campo de estudio fue una tarea exigente, ya que nunca antes había estado expuesto al mismo. Con interés y espíritu de superación, esta pequeña piedra en el camino dio paso a formular la génesis del proyecto, que a primera vista ambicionaba ser una mera base de datos cuyo alcance era extremadamente inabarcable. Reduciéndose a estándares más realistas mediante actividades y tareas del curso, se logró establecer un camino lógico y realizable tanto a corto como a largo plazo, que sirviera de etapa de iniciación y continuación en mi carrera profesional. A modo de apunte más individual, y lo que resume a ciencia cierta mi experiencia en la clase de humanidades digitales, es que desde el día uno al último, aprecié la solidaridad y el afecto de las profesoras por compartir el conocimiento y por diseñar un espacio de educación común, sin jerarquías y atentamente sano, práctico y con propósitos visiblemente conmensurables tanto dentro y fuera de la academia. Todo fue perfectamente diseñado en un calendario que, por ejemplo, incorporó visitas de profesores, charlas en centros de estudios, talleres con fines profesionales para formación, becas, conferencias, publicaciones o reuniones individuales y grupales dirigidas a la consecución satisfactoria de los objetivos del curso. Esto, como cabe esperar, con sus desafíos naturales que, en mi caso, fueron principalmente conocer una disciplina que desconocía, el manejo de herramientas digitales como sistemas de mapeo (StoryMap JS) o líneas del tiempo (Storyline JS) que exigen maestría y formación y, en general, enmarcar mi proyecto de forma que fuera fructuoso bajo los estudios medievales y la disciplina en la que desarrollo mis investigaciones primordiales y en la que recibí mayoritariamente mi formación como estudiante graduado. Estos obstáculos fueron exitosamente superados y no puedo estar más orgulloso del proceso y de su resolución, como expondré a continuación en las líneas finales.

El hecho de finalizar mi etapa doctoral con un entendimiento más amplio/extenso en las humanidades digitales ha supuesto un giro inesperado. Compaginar el perfil hispanista y medievalista con proyectos digitales, como el descrito aquí, ha resultado en fortalecer la búsqueda laboral en un mercado cada vez más riguroso en donde las universidades y los comités de búsqueda valoran altamente esta formación para implementar en sus instituciones a nivel docente o para la petición de becas o fondos de investigación a entidades estatales o nacionales. Por ello, las prácticas enseñadas en este curso de humanidades digitales contribuyen ostensiblemente a la profesionalización del estudiante, ya sea a nivel subgraduado como graduado, debido a su dinamismo, versatilidad y naturaleza colectiva y colaborativa, lo cual es hoy el “pan de cada día”. Ejemplificando, del curso señalado han salido participaciones en congresos, ideas pedagógicas e inclusive publicaciones dirigidas a dar visibilidad a dichos esfuerzos y beneficios y, más relevante, a compartir su gestación y trayectoria con la profesión. En consecuencia, es sumamente crítico reconocer el potencial personal y académico que supondría la transición a que los departamentos de lenguas se acogieron y dieron la bienvenida a las humanidades digitales y que las humanidades digitales dieran prioridad a otros lenguajes, geografías y temas. Ya sea a través de selectos cursos, de diseñar minors o de establecer certificados, el humanismo digital puede contribuir hacia el sentido del compañerismo, la fomentación de un mundo abierto, inclusivo y lleno de oportunidades para crecer pero, sobre todo, la sensación real de que el conocimiento debe compartirse dentro de la profesión y ser diseminado a través de redes de colaboración y profesionalización comunes en donde impera el trabajo de grupo y el entendimiento tanto práctico, pragmático y teórico.

Fernando Santos: Trayectorias digitales: La jerga del caribe y su arduo desarrollo

Desde un punto de vista personal, puedo decir que las humanidades digitales han sido un campo de estudio que ha contribuido e impactado mi carrera profesional de una forma magnífica. La experiencia ha sido una gran plataforma para aprender sobre distintos temas, pero defino este campo como uno que le da la oportunidad a cualquiera de hacer una denuncia ante la sociedad en forma de que sus voces sean escuchadas mediante el uso de lo digital. Antes de entrar a la clase de la profesora Fernández Quintanilla nunca había escuchado el término humanidades digitales, pero gracias a todo su conocimiento, arduo trabajo y dedicación en el primer curso, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera”, pude entender que este campo de estudio abre puertas a distintos temas relevantes a las humanidades para hacer trascender un mensaje con mayor impacto para que nuestras voces sean escuchadas y de esta forma se logre un cambio.

Mi tiempo como estudiante graduado en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Kansas lo puedo catalogar como aprendizaje total a nivel profesional y personal. Considero que cuando las personas toman la dura decisión de dejarlo todo atrás en nuestros lugares de origen siempre es por el bienestar personal y para un crecimiento intelectual. Recuerdo que estaba a punto de graduarme de mi licenciatura y estaba viviendo en el Bronx (Nueva York) con mi familia cuando me llegó la oportunidad de formar parte de la facultad de Español y Portugués en la Universidad de Kansas. Mis dos años de maestría fueron difíciles, pero a la misma vez gratificantes ya que tuve la oportunidad de no solamente aprender sobre temas relacionados a los estudios hispánicos, pero además la oportunidad de encontrarme a mí mismo y no sentirme avergonzado de quien soy, de mis ideas o por mi forma de pensar, por mi acento al momento de hablar inglés, de no sentirme avergonzado de quien es Fernando Santos, el dominicano cuyos padres lo llevaron a Estados Unidos a los diez años de edad para que pudiera tener mejores oportunidades a nivel profesional.

El segundo curso de humanidades digitales, “Latinx and Latin America DH Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), con las profesoras Fernández Quintanilla y Álvarez fue otra de las clases que me han marcado como profesional y como ser humano. La mayor enseñanza que me ha dejado esta clase es que no hay que ser un experto en un campo de estudio en particular para desempeñar aspectos de interés que le pueda servir a muchas personas como recurso y referentes. El hecho de no limitarnos ni encasillar en un solo campo de estudio para mí es de aplaudir en lo profesional ya que toma la valentía de salir de su zona de confort y explorar nuevas ideas. El simple hecho de atrevernos automáticamente refleja nuestro alto nivel de profesionalismo e iniciativa para enfrentar nuevos retos. Ejemplo de ello fue aventurarme a la búsqueda de trabajo, que puede llegar a ser intimidante y gratificante, tal como lo fue en mi caso donde el comité para la entrevista reaccionó positivamente hacia mi proyecto digital, les fascinó y fue uno de los factores que me ayudaron a obtener el puesto. Actualmente, me encuentro trabajando como instructor en el Departamento de Lenguas Romances en la Universidad de Binghamton donde estoy colaborando con el jefe de la facultad en el diseño de una clase sobre las jergas caribeñas y seguir de igual forma desarrollando mi proyecto digital e investigación. Como profesional, siento que he cumplido con el propósito de atreverme a desempeñar trabajo interdisciplinario en mi área de estudio.

Todo inició con los dos cursos de humanidades digitales previamente mencionados. Empecé a desarrollar mi proyecto Trayectorias Digitales: La jerga del Caribe (Santos 2023) al leer una cita que me impactó en New Digital Worlds por Roopika Risam (Risam 2019), una de las lecturas para la clase, en donde proponía que teníamos que contar nuestras experiencias. Al leer esto me di cuenta que un proyecto relacionado con la jerga caribeña se convertiría en un generador de conocimiento capaz de crear nueva información mediante su uso para muchas personas que no conocen el tema en cuestión. Muchas personas pueden tener conocimiento sobre lo que es la lingüística, el regionalismo, entre otros temas relacionados con el habla, pero no todos tienen conocimiento de lo que es la jerga ya que es un tema que puede llegar a ser no tan de importancia para muchas personas y pasa de ser desapercibido, colocándolo dentro de las sombras.

Con el apoyo de las profesoras, su mentoría dentro y fuera de clase y asesoría en el proceso de becas y desarrollo del proyecto, solicité a la convocatoria de Digital Humanities Fellows de la Universidad de Kansas donde fui seleccionado como becario de maestría por mi proyecto Trayectorias Digitales: La jerga del Caribe (Santos 2023). Este proyecto digital representa la zona dialectal del Caribe que incluye los territorios insulares de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico. Este proyecto se centra en la esencia de la diáspora de estos tres países, enfatizando la jerga como enfoque lingüístico. Es importante señalar que el significado de diáspora se ha ampliado para incluir las comunidades e identidades transnacionales complejas del mundo actual como el Caribe de habla hispana. La jerga proviene del francés gargun, una onomatopeya del siglo XII para referirse al canto de los pájaros la cual pertenece a grupos específicos cuyos modos de hablar difieren del idioma, incluso dentro de la misma región geográfica. Además, es un esfuerzo por presentar un contexto y una dinámica más amplios de la jerga caribeña y demostrar su origen de forma interactiva según el conocimiento local de estos países del Caribe hispanohablante. Mi proyecto integra la jerga en escritos literarios y no literarios, música, cine, poesía, entre otros. Por ejemplo, “El amo” de Joaquín Balaguer utiliza la jerga para transmitir significado. El merengue, la salsa y la bachata son géneros musicales que implementan la jerga dentro de sus melodías tanto en la perspectiva clásica como en la moderna. A menudo encuentro personas que confunden jerga y argot, que es otro factor que me motivó a crear este proyecto; es fundamental conocer y comprender la diferencia para captar la esencia del Caribe. Este proyecto integra información representacional ya conocida y apartada debido a cómo la jerga es enmarcada o malinterpretada por argot. Además, es un generador de conocimiento capaz de crear nueva información a través de su uso para personas que no están familiarizadas con el tema en cuestión. Con fines pedagógicos, pretendo incluir una guía para los profesores de español sobre la lingüística, la cultura, la forma de hablar, entre otros aspectos que diferencian al Caribe de habla hispana.

Este maravilloso proyecto me ha dejado muchas enseñanzas, pero la mayor ha sido el hecho de que nuestras experiencias personales se pueden convertir en puntos de referencias para muchas personas a través de las humanidades digitales. Es válido contar y proponer nuestra propia historia, hablar de nuestra identidad, nuestras raíces, nuestra cultura, estar orgullosos de dónde venimos, dejar nuestra cultura en alto. Una inspiración para este proyecto fue mi transición de República Dominicana a los Estados Unidos y una forma en la que aprendí a mantener mi esencia dominicana dentro de mi casa en los Estados Unidos fue no perder mi “dominicanidad” al expresarme. Años más tarde, me di cuenta de que todas esas expresiones que mantenían mi “dominicanidad” viva pertenecían a un término llamado jerga. La jerga es y siempre será una herramienta esencial para mantener mi “dominicanismo” y mi esencia caribeña a donde quiera que vaya. Finalmente, mis planes con este proyecto en el futuro es seguir trabajando la parte histórica sobre el origen de la jerga caribeña, viajar a los países del Caribe hispanohablante y organizar talleres para esas comunidades que no tienen acceso al internet y ser testigo de cómo reaccionan los caribeños a este proyecto que representa un poco de lo que es la rica cultura caribeña. Este proyecto deja que por siempre voy a ser Fernando Santos de la República Dominicana para el mundo.

Es sumamente emocionante ver todo el trabajo que uno ha desempeñado dentro en un mismo lugar. Mi proyecto desde un punto de vista personal ha pasado por varias etapas ya que no fue hasta la segunda parte del curso en donde vi el mayor resultado a nivel informativo y visual. Después de concluir con el curso en el otoño del 2021 y gracias a la ayuda de alguien muy especial seguí desarrollando mi proyecto intensamente para poder incorporarlo dentro de mi portafolio de maestría. Este proceso fue esencial para el proyecto ya que me dio la oportunidad de conectar con académicos e intelectuales que hablaban y habían hecho investigación relacionada a la jerga. Mi proyecto fue crucial para poder demostrar todo el conocimiento que había adquirido en mis últimos dos años de maestría. El desarrollo del proyecto durante el transcurso de la clase fue interesante y nuevo para mí, ya que es muy distinto cuando uno tiene todas las ideas en papel y ya toca crear el contenido y organizar el material que uno desea incorporar dentro de la plataforma de preferencia. En mi caso, he utilizado la plataforma Wix para organizar mi proyecto al igual que TimelineJS y StoryMapJS para visualizar narrativas del Caribe y datos recolectados sobre la jerga.

Cabe mencionar que dentro de estas experiencias gratificantes también surgieron retos dentro las humanidades digitales, uno siendo la cerrada mentalidad que tienen muchos académicos sobre lo que son las humanidades digitales. En mi paso por la clase de la profesora Fernández Quintanilla y la profesora Álvarez, asistí a una charla titulada, “Urgent Archives: Enacting Liberatory Memory Work” de Michelle Caswell quien es profesora asociada de estudios de archivo en el Departamento de Estudios de la Información de la Universidad de California (Caswell 2021). Esa charla me impactó mucho porque Caswell mencionó que cuando era estudiante le había comentado a su profesor que estaba trabajando con un archivo comunitario y la respuesta del profesor fue que los “archivos comunitarios” no existían en los Estados Unidos. Creo que esto se puede conectar bastante con la ideología errada que tienen muchos académicos sobre las humanidades digitales en general. Hoy en día, algunos académicos no apoyan lo que son las humanidades digitales tal vez por falta de conocimiento al tema, pero sí molesta un poco cuando alguien arremete en contra de un campo de estudio aludiendo de que “NO EXISTE” por el simple hecho de no estar empapado en ese campo. Estas actitudes también surgen de una negación a las humanidades digitales conectadas con comunidades fuera de la academia que hacen menos porque no se desarrollan dentro de un ámbito académico, la metafórica “la torre de marfil”. El simple hecho de no conocer o no tener experiencia en el tema, no le permite a nadie decir que algo “NO EXISTE” aunque haya miles de recursos literarios que respaldan el campo en cuestión. Digo todo esto porque en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Kansas hubo profesores en contra de que se estableciera un proyecto de humanidades digitales como parte de la sección del “Culminating Project” para el portafolio de Maestría en Español porque argumentaban que ningún estudiante del departamento estaba involucrado en ese campo. Me pude relacionar con lo que afirma Caswell porque siento que cuando se desconocen un aspecto o un campo de estudio que se está abriendo camino, automáticamente alegan y afirman que “NO EXISTE”. Mi recomendación para estudiantes que están interesados en tomar clases de humanidades digitales sería que sean conscientes que habrá personas que no estén de acuerdo con las ideas que proponemos, pero lo importante es defender nuestras ideas y jamás perder nuestro entusiasmo.

Luisa Garcés: Perder el miedo a lo desconocido: La articulación de Las están matando

Afirma el cineasta Tom Althouse que no hay que temer a lo desconocido, porque ello representa un mar de posibilidades. Esta frase es un buen resumen sobre mi recorrido en las humanidades digitales. La primera vez que escuché sobre las humanidades digitales fue en una clase introductoria de mi doctorado en Español y Portugués en la Universidad de Kansas, en donde invitaron a una especialista en el tema que nos ofreció una presentación titulada, “Humanidades Digitales en Español, Estudios Latinos, Latinoamericanos, Hispánicos…”. La curiosidad que despertó esta charla fue tal que muchos de los estudiantes del curso de español, terminamos tomando la clase, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera” el siguiente semestre con Fernández Quintanilla, quien había sido la profesora invitada aquel día. Aunque todos estábamos temerosos en cuanto a qué esperar, la motivación fue suficiente para arriesgarnos a entrar a ese mundo desconocido que hasta ese momento eran las humanidades digitales para nosotros.

El primer desafío fue tener un conocimiento más claro acerca de las humanidades digitales, poder tener las herramientas suficientes para, si bien no dar definiciones absolutas y puristas, poder aproximarnos al entendimiento de lo que podemos conceptualizar por humanidades digitales. Algo que recuerdo de manera especial fue la manera en cómo se realizó esta aproximación. Comenzamos leyendo algunos artículos y viendo algunos videos, que fueron en muchos sentidos liberadores. Estas lecturas a su vez nos sirvieron para reflexionar sobre conceptos aprendidos que nos orientaban hacia ideas unidireccionales en cuanto a lo que debería ser concebido o no cómo las humanidades digitales. En este orden, aprender que las humanidades digitales también hacían parte de nuestro campo, fue un parteaguas para encontrar nuestro espacio dentro de esta área. Esto, sin lugar a duda, nos ayudó a establecer conexiones y a explorar opciones para llevar nuestros intereses de investigación a este plano. Es así, como aprendimos a ver en las humanidades digitales, desde perspectivas de la frontera, esa área del conocimiento interdisciplinar, plural, colaborativa, interseccional, generadora de nuevos modelos de conocimiento, que nos obligaba constantemente a cuestionarnos sobre lo aprendido y el conocimiento a construir. Ese territorio que abría nuevos espacios no solo para los académicos, también nos daba a conocer las iniciativas en comunidades no académicas y entender distintos proyectos que nos presentan el conocimiento desde diferentes formas, aproximaciones y geografías.

Hablando de estos espacios nuevos de conocimiento, una herramienta importantísima para mí como estudiante, fue la presencia del IDRH de la Universidad de Kansas, instituto que ayuda, apoya y motiva a estudiantes, profesores y a la comunidad interesada en el tema mediante diferentes eventos, seminarios, becas y otro tipo de apoyos. A lo largo de nuestra clase recibimos varias veces a los miembros del instituto, quienes con sus conocimientos y talleres contribuyeron no solo en el proceso de aprendizaje, sino también en el de la realización de nuestros propios proyectos. En este orden, nos mostraron plataformas como Omeka, que más tarde utilizamos para nuestros trabajos. Asimismo, tuvimos la oportunidad de interactuar con diferentes invitados de diversas disciplinas que trabajaban en el campo de las humanidades digitales o tenían proyectos digitales en su comunidad. Otras oportunidades que tuvimos fueron simposios, conferencias, y diferentes actividades académicas celebradas en distintas partes del mundo, gracias a la virtualidad obligada por la pandemia de COVID-19. Estas oportunidades fueron valiosas ya que pudimos profundizar más nuestro conocimiento sobre el tema, explorar diferentes proyectos digitales que venían de diferentes disciplinas, cuyo desarrollo y presentación cambiaba de acuerdo con los objetivos de cada proyecto y en cierto caso desde el lugar geográfico de creación.

Durante este proceso de aprendizaje tuve la oportunidad de desarrollar mi propio proyecto. Al principio con temor y preguntándome constantemente si lo que estaba haciendo correspondía a las humanidades digitales. A medida que fueron avanzando las clases, fui conociendo y relacionándome con diferentes herramientas digitales de análisis y visualización de datos, que me permitieron adquirir más confianza e ir dándole forma a mi proyecto. Para mí era muy importante enfocarlo bien ya que era un trabajo académico, pero sobre todo personal, en el que estaba usando mi experiencia con comunidades afectadas por la violencia en Colombia, país donde nací y crecí, y mi conocimiento sobre el tema para que estas historias se narraran y visualizaran desde un lenguaje particular. En este sentido, y con la ayuda de la profesora, pensaba en la importancia de ciertos elementos y su utilidad dentro de mi trabajo, pues como nos habían enseñado en clases no todas las herramientas al servicio de las humanidades digitales resultan útiles para cada proyecto. Esto me ayudó a pensar, por ejemplo, en si decidía incorporar un mapa cuál sería su propósito, si armonizaba con lo que yo quería transmitir, qué imágenes deben incluirse para representar a los sujetos del proyecto, y qué datos deberían ser públicos o privados.

Inspirada en los diferentes proyectos que conocí durante la clase y por fuera como Ni una más (Suárez Páez 2018), “Las lideresas sociales tienen nombre” (Gutiérrez 2018) y “Ellas tienen nombre” (Ellas tienen nombre 2015) aprendí la importancia de cómo se visibilizan esta clase de historias. Estos proyectos crean una narrativa que se extiende más allá del acto violento y les devuelve a las víctimas su dignidad como mujeres y como seres humanos al tratar sus historias con respeto, alejándolas del hecho noticioso violento o de un número vacío. Así nace Las Están Matando, mi proyecto de humanidades digitales y de justicia social con aproximación feminista, que surgió en el primer curso el cual lo enfoqué en mujeres líderes sociales asesinadas en Colombia entre los años 2016 y 2021. Para ello, buscaba crear un archivo digital de lideresas asesinadas que contuviese todas las noticias—digitales e impresas—menciones en redes sociales, fotografías y videos, que permitieran mapear, monitorear los asesinatos y visibilizar las historias sobre la presencia e importancia de las mujeres en las causas sociales y la relevancia de estos liderazgos en la construcción del tejido social colombiano. Consciente de que se trataba de un proceso ambicioso y de larga ejecución, y tomando en cuenta las enseñanzas de clase en trabajar los proyectos en etapas, decidí empezar por obtener la información que fuese más asequible y clasificarla de acuerdo con mi idea de proyecto. En este sentido, a través de este proyecto digital buscaba no solo exponer los elementos visibles e invisibles de estos asesinatos, sino también, crear una base de datos que ofreciera información y propicia una reflexión acerca de la violencia ejercida sobre el cuerpo de la mujer defensora de derechos humanos colombiana.

Como estudiante inmigrante y no convencional, con una formación en leyes y al haber ejercido como abogada en Colombia, las humanidades digitales poscoloniales desde una aproximación multilingüe, representaron un espacio diverso e inclusivo, donde navegábamos del español al inglés y del inglés al español lo que permitía eliminar las barreras para expresarnos y desarrollar nuestros proyectos. Una plataforma que me permitió desarrollar mis intereses académicos y personales mientras aprendía de otros proyectos digitales que narraban diferentes historias. Sin lugar a duda, estas clases fueron una manera diferente de aproximarme y desarrollar mi conocimiento en el campo de las humanidades digitales. Fue la oportunidad de trabajar de manera colaborativa y utilizar herramientas más allá de las convencionales para presentar y re-pensar las realidades y el conocimiento.

No quisiera finalizar sin antes rememorar mi experiencia en la segunda clase, “Latinx-Latin American Digital Humanities Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), en la que también participaron estudiantes que tomaban por primera vez un curso de este tipo. En esta clase pude presenciar la evolución a lo largo del semestre de los nuevos compañeros, quienes rápidamente empezaron a incorporar su conocimiento en las otras clases del departamento. Es así como en nuestra clase de “Literatura de la Guerra Civil española”, al menos dos trabajos finales fueron proyectos con un aspecto de humanidades digitales. Desde ese momento las humanidades digitales empezaron a permear cada vez más espacios en el Departamento de Español y Portugués.

Claudia Salas-Forero: Recuerdos de mi abuela: Cronologías digitales de memoria transatlántica

Mi primera y única clase hasta ahora de humanidades digitales, como estudiante graduada en el Departamento de Español y Portugués, fue la que tomé en el otoño 2021, junto a las profesoras, Fernández Quintanilla y Álvarez, la cual me permitió descubrir no solo aspectos técnicos o del conocimiento, que aún no había explorado, sino también personales, como el del recuerdo y la memoria, el cual ha sido en cierta forma colonizado, bajo parámetros hasta de patriarcado, sin permitirnos participar con nuestras historias propias, archivos y visiones de género en Latinoamérica. Esta experiencia académica coincidió, al mismo tiempo, con otra clase enfocada en la memoria, pero desde la Guerra Civil española, en la cual estudié sobre las maestras, profesión a la cual me he dedicado toda la vida, y el análisis de su labor docente durante esta época, desde antes de 1936 hasta después del fin de este conflicto en 1939, para comenzar a plasmar esta historia en una forma para mí innovadora mediante una visualización cronológica interactiva y el diseño de un póster digital.

El tema de las mujeres y las limitaciones de profesiones que podían ejercer durante el siglo XX, aún en épocas de guerra, generó en mí el deseo de presentar un proyecto digital transatlántico, que relaciona las maestras de la época de la Guerra Civil en España, su situación sociopolítica y cultural, con mis propios detalles históricos de las maestras en Colombia como mi abuela. Para la clase de humanidades digitales, “Latinx-Latin American Digital Humanities Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b), asistimos de forma virtual a la presentación, “Digital Humanities and the Radical Act of Humanizing” donde la Dra. Yolanda Chávez Leyva mencionó como, “… oral history … is very important, what it meant for each person, what they lived …” (Leyva 2021). Surgió, entonces, la idea de crear una línea del tiempo digital con el fin de representar un archivo alternativo, incluyendo el testimonio de mi abuela materna, quién fue maestra en Zapatoca, Santander, Colombia, al mismo tiempo que lo eran otras en España, desde 1931 hasta 1940.

Por lo tanto, este cruce de fronteras interdisciplinario y personal, me permitió, gracias a las Humanidades Digitales desde aproximaciones poscoloniales y feministas, explorar diversas formas de contar relatos reales, en una plataforma interactiva, que me unía a la lucha de otras mujeres de diferentes épocas o países colonizadores, así como al mismo tiempo a mi familia y comunidades, al otro lado del Atlántico, en Sudamérica. Con ello, crear en cierta forma, narrativas digitales colectivas de resistencia, a través de líneas del tiempo, con múltiples textos, vídeos, música, fotos y formatos trae al presente los recuerdos familiares del pasado. Adicionalmente, gracias a la clase, impartida por Zoom, pudimos conocer a expertos en los Estados Unidos y Latinoamérica. De igual forma varios de mis compañeros del primer curso, “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera” solicitaron a becas, logrando mayores oportunidades no solo en premios, sino laborales. En mi caso, fuera de compartir mi trabajo digital con mis estudiantes de español, pude además participar no solamente en el congreso de DH Unbound 2022, sino también en otras conferencias como SCOLAS 2022, The Southwest Council of Latin American Studies, presentando otras líneas del tiempo digitales, como la de “Leyendo el Sur para el Norte: La valoración de la narconarrativa en los estudios culturales latinoamericanos”.

Finalmente, como miembro de la Asociación de Estudiantes Graduados del Departamento de Español y Portugués (GRASP) de la Universidad de Kansas, junto con otras compañeras de la clase, pudimos organizar una conferencia virtual sobre las humanidades digitales e invitar a académicos internacionales tales como el Dr. Joel Zapata, la Dra. María José Afanador y la Dra. Nishani Frazier, especialistas en las humanidades digitales desde estudios chicanos, coloniales latinoamericanos y afro-americanos, para que compartieran con miembros de la organización y del Departamento de Español y Portugués, sobre archivos alternativos y humanidades digitales. Los presentadores compartieron sus experiencias de museos digitales de minorías, los cuales llevan la investigación académica a un público más amplio para conversaciones sociales importantes que nos unen globalmente, a pesar de los desequilibrios en el poder aún vigentes en las humanidades digitales y otras áreas, producto de las mismas relaciones de inequidad históricas entre colonizador y colonizado, las cuales estudiamos en la clase mediante las diversas lecturas.

En conclusión, los desafíos dentro de las humanidades digitales poscoloniales desde estudios de la frontera, latinos y latinoamericanos también son muchos, no solo el del imperialismo del inglés, que no permite una mayor difusión virtual de otras historias o memorias en otros idiomas; o la desigualdad entre países al acceso digital, sino también los retos dentro de la academia. Esto hasta el punto de requerirme en los otros cursos, unir un ensayo académico tradicional a mis líneas del tiempo digitales para su validez universitaria.

Por ende, aún hay mucho camino por recorrer para un mundo más inclusivo, a través de las humanidades digitales, con el fin de que los trabajos digitales sean válidos en los estudios universitarios. Pero, las puertas o trayectos ya han sido abiertos, gracias a estas experiencias pedagógicas bilingües que describimos brevemente en este artículo, con su inter y transdisciplinariedad la cual llama a más participación de público, así como de sentido compartido generacional y humano.

Reflexiones finales

Dentro de la pedagogía de humanidades digitales multilingües para estudiantes hispanohablantes es crucial la mentoría y asesoría personalizada con el fin de introducir nuevas formas de trabajar las humanidades con tecnologías digitales. Para Fernández Quintanilla y Álvarez fue claro el impacto que tuvieron los estudiantes desde lo personal, profesional y académico al explorar y darse cuenta de que con el conocimiento teórico y práctico que producen en este tipo de cursos de humanidades digitales multilingües con enfoques transfronterizos, translocales y transnacionales existen infinitas posibilidades que los impulsan a alcanzar nuevas y mejores oportunidades dentro y fuera de la academia. No obstante, es importante que haya flexibilidad en el diseño y las prácticas implementadas en cursos de humanidades digitales multilingües donde se consideren los intereses personales de los estudiantes al igual que la mentoría y asesoría con el fin de que los estudiantes estén expuestos a otras aproximaciones de pedagogía e investigación en las humanidades.

Más allá de las habilidades técnicas y nuevas formas de enseñanza y creación de proyectos, las prácticas de ética y valores aprendidos en estos cursos de humanidades digitales resaltaron la importancia del compañerismo, solidaridad y comunidad al igual que la relevancia de desafiar lo establecido en las humanidades. Resultados del impacto que tuvieron estos cursos es saber que los planes de estudios, que se encuentran como recurso de fuente abierta, han ayudado a otros a desarrollar cursos de humanidades digitales multilingües en sus departamentos de Lenguas Modernas y otros. De igual manera, uno de los logros que se obtuvieron a raíz de estos cursos es el caso de la candidata a doctorado, Hipatia Medina que le fue aprobado incluir un capítulo de humanidades digitales enfocado en el proyecto que desarrolló en estos cursos en su disertación. Adicionalmente, en la primavera de 2022, Fernando Santos y Sandra de León, ambos estudiantes de maestría, en el Departamento de Español y Portugués en la Universidad de Kansas defendieron su tesis de maestría donde se incluyó el proyecto de humanidades digitales que surgió de estos cursos. Esto llevó a que los estudiantes pudieran incursionar al campo laboral directamente y en el caso de la maestra Sandra de León, regresó a Costa Rica y actualmente está trabajando en la Universidad de Costa Rica en la escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información introduciendo las humanidades digitales a sus clases.

En este artículo se muestran los retos y los logros que tuvieron los estudiantes y las profesoras Fernández Quintanilla y Álvarez que impartieron estos cursos durante sus postdoctorados a lo largo de dos semestres. La colaboración y trabajo en equipo entre los estudiantes y profesoras tuvo un impacto en el desarrollo de proyectos de humanidades digitales multilingües y metodologías transfronterizas, transnacionales y translocales para dar paso a nuevas historias de temas y comunidades latinas, latinoamericanas, del Caribe y peninsulares en el registro digital. Asimismo, este artículo es reflejo de un año de trabajo en equipo donde tanto estudiantes y profesoras tuvieron un aprendizaje importante para el futuro de las humanidades digitales multilingües en estudios interdisciplinarios y departamentos de Lenguas Modernas. Es preciso mencionar los esfuerzos de Reviews in Digital Humanities and Digital Studies/Le champ numérique special issues de DH Unbound de incluir artículos multilingües hace posible este trabajo colaborativo en español. Esto muestra la importancia de las voces multilingües y multiculturales cuyas experiencias son indispensables para el desarrollo de esta área. Este trabajo es un cúmulo de vivencias de todos/as los/as autores/as que dio inicio en la primavera del 2021 con el curso de “Digital Storytelling in the Borderlands/La Frontera” dando seguimiento a “Latinx-Latin American Digital Humanities Project Development” (Fernández Quintanilla y Álvarez 2021b) los cuales continúan generando oportunidades ya que en estas clases se aprendieron y se trabajaron humanidades digitales: interdisciplinarias, colectivas, colaborativas, comunitarias, multilingües y éticas.

Declaración de conflicto de intereses

Los autores no tienen intereses en competencia que declarar.

Contribuciones

Contribuciones de los autores

La autoría en el encabezamiento es de acuerdo a los proyectos y desarrollo de los curos mencionados. Las contribuciones de los autores, descritas utilizando la taxonomía CrediT de la NISO (National Information Standards Organization), son las siguientes:

Nombre e iniciales de los autores:

  • Sylvia Fernández Quintanilla (SFQ)

  • Maira Elizabeth Álvarez (MEA)

  • Hipatia Medina-Ágreda (HMA)

  • Ángel M Rañales (AMR)

  • Fernando Santos (FS)

  • Luisa Garcés (LG)

  • Claudia Salas-Forero (CSF)

Los autores aparecen en orden descendente según la importancia de su contribución. El autor correspondiente es Sylvia Fernández Quintanilla.

  • Conceptualización: SFQ, MEA

  • Redacción – Borrador original: SFQ, MEA, HMA, AMR, FS, LG, CSF

  • Redacción – Revisión y edición: SFQ, MEA

Contribuciones editoriales

Editor de sección

Morgan Pearce, The Journal Incubator, University of Lethbridge, Canada

Redactor y traductor

Davide Pafumi, The Journal Incubator, University of Lethbridge, Canada

Editor de producción

Christa Avram, The Journal Incubator, University of Lethbridge, Canada

Editor de diseño

A K M Iftekhar Khalid, The Journal Incubator, University of Lethbridge, Canada

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